martes, 14 de octubre de 2008

La A.I.T. frente a la guerra

La Internacional Socialista contra la guerra

El Congreso confirma las resoluciones de los precedentes congresos internacionales concernientes a la acción en contra del militarismo y el imperialismo y recuerda que la acción contra el militarismo no puede ser separada del conjunto de la acción contra el capitalismo.
Las guerras entre estados capitalistas son, en general, la consecuencia de su concurrencia sobre el mercado del mundo, porque cada Estado no tiende solamente a asegurar mercados, sino a adquirir otros nuevos, principalmente por la dominación de los pueblos extranjeros y la conquista de sus tierras. Estas guerras resultan de la incesante concurrencia provocada por los armamentos del militarismo, que es uno de los instrumentos principales de la dominación de la burguesía y de la esclavización económica y política de la clase obrera.
Las guerras se ven favorecidas por los prejuicios nacionales que han sido cultivados sistemáticamente en interés de las clases dominantes, a fin de desviar a la masa proletaria de los deberes de clase y de sus deberes de solidaridad internacional.
Las guerras son, por lo tanto, la esencia del capitalismo y no cesarán más que por la supresión del sistema capitalista.
El Congreso declara:
Si una guerra amenazara con estallar, es un deber de la clase obrera en los países afectados, y de sus representantes en los Parlamentos, (...) el de hacer todos sus esfuerzos por impedir la guerra, por todos los medios que les parezcan mejores y más apropiados y que, naturalmente, varían según lo agudo de la lucha de clases y la situación política general.
No obstante, en el caso de que la guerra estallara, tienen el deber de interponerse para que cese inmediatamente y de utilizar, con todas sus fuerzas, la crisis económica y política creada por la guerra para agitar a las capas populares más amplia y precipitar la caída de la dominación capitalista.
(Congreso de la Internacional Socialista. Stuttgart, 1907)



Discurso del líder socialdemócrata Haase al Reichtag, 1914


Nos hallamos ante la hora del destino. Las consecuencias de una política imperialista, que ha provocado un largo período de rearme mundial y agravado los conflictos de los pueblos entre sí, acaban de abatirse como una riada sobre Europa. La responsabilidad de ello recae sobre los que han dirigido esta política; por nuestra parte, la rechazamos totalmente. La socialdemocracia ha combatido con todas sus fuerzas el desarrollo catastrófico de tal política, y se ha opuesto a ella por medio de poderosas manifestaciones celebradas simultáneamente en todos los países, particularmente en los de estrecha relación con nuestros hermanos franceses. Pero su esfuerzo por salvar la paz ha sido baldío. En el presente nos hallamos ante el hecho brutal de la guerra. Nos sentimos angustiados por el horror de la invasión con que nos amenazan nuestros enemigos. Hoy no tenemos que decidirnos por o contra la guerra, sino sobre la cuestión de los medios demandados para asegurar la defensa del país… Para nuestro pueblo y su futuro de libertad, la victoria del despotismo de Rusia (…) sería un acontecimiento de una gravedad incalculable. Por lo tanto, hacemos ahora lo que siempre hemos prometido hacer: a la hora del peligro no abandonaremos a nuestra patria. Al actuar así, nos sentimos al unísono con la Internacional que nunca ha dejado de reconocer el derecho de cada pueblo a la independencia y a la defensa de su territorio, al igual que nosotros condenamos toda guerra de conquista. Nosotros exigimos que, una vez asentada la seguridad de Alemania y nuestros enemigos estén dispuestos a hacer la paz, se entablen inmediatamente negociaciones y se concluya una paz que facilite la amistad con los pueblos que nos rodean.
(Según J. KUCZYNSKI, “Der Ausbruch des resten Weltkrieges und die deus Tsche Sozialdemokratie”, Berlín, Akademie Verlag, 1957; páginas 197-198)

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